De ida y de regreso nos embarcamos o mejor dicho nos subimos al tren para ir a ver un poquito más del mundo. (Este es el tipo de historias que me gustan contar)
Muy temprano en la mañana nos levantamos a las seis de la madrugada, bueno ya había sol desde hace 40 minutos, pero para mi de todas formas era de madrugada. Corriendo de un lado a otro, tipo mío, viendo si traíamos los pasaportes, el dinero, que hay que llevar agua, etc. Y bueno salimos corriendo porque "se nos iba el tren". Resulta ser que el tren se nos había ido hace como 10 minutos, porque vimos mal el plan. De vuelta a la casa, sin saber si ir o no, pero bueno ya nos habíamos desmañanado y pues teníamos que hacer que valiera la pena. Salimos en el siguiente tren bajo un radiante sol, un día precioso sin una sola nube en el cielo.
Tuvimos que hacer dos paradas para llegar hasta nuestro destino. Y finalmente el tren va entrando a la estación. Es una sensación tan genial esa de saber que uno está a punto de conocer algo nuevo. A mi me gusta especialmente viajar por esa razón. Muy emocionada salimos a comprar un tiquet para la ciudad, mi novio por supuesto que ya se sabe todas las movidas de por ahí, yo no mas andaba tonteando y asombrandome de las novedades.
Así que nos fuimos a pasear por la ciudad, caminamos un buen rato por una calle llena de tiendas diferentes. Al rededor de las doce del día el calor era realmente insoportable. Pero por fin volví a mi color original. Por ahí entramos a las tiendas con cosas muy curiosas, jabones con diseños raros, camisetas con mensajes graciosos, articulos de broma, posters góticos, lámparas de diseños raros, y una de articulos chinos. Y bueno yo pensando en que no podía gastarme mucho dinero porque quiero comprar mi camara de fotos, pero cuando entre a esa tienda de los chinitos vi uno de esos vestidos que tanto me gusta, con los botones cruzados en el cuello. Siempre había querido comprar uno de esos así que me lo probe y con el visto bueno de mi amor lo compre. Viva el consumismo... pero no me siento mal jaja.
Asi que subimos a un mirador para ver mejor todos los edificios, si en realidad parece New York, aunque yo nunca haya estado ahí. En realidad creo que ese es el mayor atractivo de esta ciudad, los edificiosa altos y un par de museos.
Seguimos caminando sin dirección fija, cruzando calles a la ecuatoriana, por lo que casi me pisan, y luego ya cansados del sol, de no saber en donde estabamos ni que hacer nos fuimos a comer.
De regreso también se nos pasó el tren, y eso que estabamos casi pegados al tren durante 20 minutos. Pero bueno a veces pasa cuando sucede.
Del satélite de
Venus
1 aterrizajes:
Tocaya, así con los altibajos de las pasadas con los trenes... QUE RICOOOO... Que padre que saliste a ver nuevos horizontes... Que disfrutaste ese día... Que saliste de la rutina y sobre todo que no hubo ningún contratiempo!!!
Saludos hasta allá!
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