Viviendo en Venus

Reinventándome


En el post anterior había mencionado que tuvimos un poco de dificultades con el metro, pero ya que al parecer es una anécdota muy graciosa creo que vale la pena dejar que tambien se rian un poco, a lo mejor después de algunos meses cuando vuelva a leer este post tambien me ría.

Una de las formas más rápidas de transportarse en esta gran ciudad es el metro, un metro que ya tiene más de 100 años y que es de los mas viejos en el mundo, por lo tanto tambien puede ser un poco caótico. Pero bueno que se podía esperar de una gran ciudad, digo menos mal no estabamos en Tokio.

Nuestro primer round fue al comprar los tickets, la ultima vez habiamos comprado unos tickets que servian para 2 dias completos por todo Paris, sin contar los alrededores, y como nos movimos mucho en esos días pues valió realmente la pena. Esta vez por alguna extraña razón y aunque las instrucciones las leimos en español compramos un ticket para las afueras. Después de que mi novio maldijo algunas veces a la maquina decidimos que ya no importaba mucho y que bueno 10 euros a la basura después de todo no era tanto. Al final logramos comprar los tickets para la ciudad y con eso llegaba el round 2. A pesar de que ya habiamos viajado con ese metro parece que se nos había olvidado por completo, y tiene tantas lineas que es fácil confundirse, esta vez la batalla la ganamos nosotros, un chico nos vio tan perdidos que nos regalo una guía de bolsillo que nos facilitó un poco las cosas.

A la final lo bueno de haber comprado los otros tickets fue que decidimos usarlos y viajar como 30 minutos hasta Versailles. Solo que antes de subirnos al tren que nos llevaría a esos jardines de ensueño quisimos comprar algo de tomar, estabamos sedientos y no habiamos encontrado todavia donde comprar agua, por lo que decidimos comprar algo en una maquina. Ese día estabamos saladisimos, la maquina estaba atascada, y cuando por fin vimos que solo podriamos comprar algo del ultimo compartimento aplastamos el boton equivocado y nos quedamos sin nada. Esta vez mi novio no pudo maldecir tanto porque el tren ya estaba ahi. Por eso tambien tuvimos un viaje muy callado.


El día del concierto de Aerosmith (del cual todavía tengo que escribir, porque tambien nos paso un par de cosas curiosas) ibamos confiados en que nuestra mala suerte con el metro había terminado, cambiamos de tren para ir al Bercy arena, y pues de alguna forma nos metimos en un tren vacio! Que no iba a ningun lado! La cara de pánico creo que no se les olvidará al chico que nos veía desde afuera. Obviamente cuando nos dimos cuenta ya era muy tarde y se estaban cerrando las puertas, yo me hice la idea de que no ibamos a llegar un poco tarde al concierto, pero nada iba a arruinarle ese día a mi novio y el hizo todo lo posible para salir, no con mucho éxito; una mano atrapada y un pie medio aplastados después, nos quedamos esperando a ver si alguien se apiadaba de nosotros. Por suerte una mujer del metro nos vio y primero nos tranquilizo diciendonos que el tren solo iba a dar la vuelta (como le entendí no pregunten, lo que hace la adrenalina supongo) y al final nos abrieron las puertas.

Ahora si podiamos ir tranquilamente al otro lado del andén porque encima más nos ibamos a subir en el tren que iba en la dirección contraria... Lo bueno es que logramos llegar con vida al concierto.

Y bueno la última del viaje justo antes de irnos, era casi la parada en la que nos teniamos que bajar y entra una señora con dos niños corriendo a mas no poder y me baño con coca cola. En ese punto ya solo suspire y sonreí.

Conclusión: Viajar en el metro en Paris no es la forma más glamorosa de viajar, es toda una aventura de hecho, aunque los trenes pasan en horas picos cada minuto y medio es solo recomendable para los que tienen ganas de jugar sardinas enlatadas. Es un poco loca la vida de una gran ciudad, esta vez vi un poco más de Paris y vi también sus defectos, aún así sigue siendo mi ciudad favorita en Europa. Lo unico bueno del metro o digamos de los parisinos es que no apestan tanto como los alemanes. En el tren de regreso nos tocaron unos alemanes/turcos que no conocían ni el desodorante y mucho menos el perfume...


2 aterrizajes:

ay, el metro de verano... terriobles cosas pasan alli dentro

jaja bueno tan terrible no fue, solo en su momento creo jeje gracias por pasarte amigo!

Una ciudad sin Angel

Siempre miramos la muerte como algo instantáneo y total, que brota de golpe, como si no empezara y continuara hasta acabar, o como si miráramos en un cuadro, donde todo esta fijo, sin tiempo.
Jorge Enrique Adoum
The Art of Seeing
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Los Alienigenas

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