Hay del que se cruce conmigo los viernes por la noche, porque no es mi mejor día. Me sucede algo muy extraño cuando por fin me siento liberada de esta casa y comienza el fin de semana. Apenas voy saliendo con mi maleta repleta de cosas para dos días, me embarga una emoción que en poco tiempo se convierte en euforia. Sonrío, hago chistes, soy feliz. Demasiado feliz? De alguna forma es demasiado para mi cabeza y hasta puedo ponerme a hacer bromas pesadas. Pasados aproximadamente 45 minutos de mi salida comienza la otra etapa. Tristeza. Todo lo que me frustra me vuelve con fuerza y se me quitan las ganas de cualquier cosa, sólo quiero llorar, meterme a la cama y no salir de ahí nunca más. A este malestar espiritual a veces se le suma uno corporal, de tanta bilis que hago me duele el estomago o me mareo. Aproximadamente después de una hora y media o dos regreso a la normalidad. Me estará afectando psicológicamente mi estadía en esta casa? No quiero exagerar pero los episodios maniaco-depresivos de los viernes no me agradan para nada.
Cuidado que mañana es viernes...
Del satélite de
Venus
1 aterrizajes:
Tranquila tocaya, piensa que esos días son vacaciones... que una pequeñez no arruine tus días... miralo así... por encima... Ya casi tocaya... ya casi... no desesperes!!!
Un abrazo desde tu México lindo y querido!
Post a Comment