Viviendo en Venus

Es la primera vez que me subo a un autobus nocturno, el transporte de los farristas por excelencia. Admito que fue toda una aventura subirse a este bus, nos dio un paseo bastante divertido, aunque con un par de tragos más no hubiera sido tan divertido...
Eran aproximadamente las dos de la mañana y salía de un lounge de musica latina (con buffet incluído, cosa tan rara) con mi amado tormento, y otros amigos latinos. A esas alturas del partido entra en acción el autobus noctámbulo, lo esperamos un cuarto de hora mientras intentabamos destapar la botella de vino que habíamos ganado en la rifa del antro. Finalmente logramos abrir la botella (ojo que no teniamos destapador ni nada que se le parezca) y nos subimos al vehículo. Podiamos beber durante el viaje, pero eso si la botella tenía que salir con nosotros; eso nos dijo el chofer. Fue la primera vez que escuche música en un bus aquí en Alemania, era como si nos insitaran a continuar farreando. Todos enseñamos los pases del autobus y mientras caminabamos a la parte posterior avanzó el bus a toda velocidad. Parecía un busero de Quito, son iguales los buseros aqui y en la China. Tambalendonos llegamos a nuestros asientos y pues que viva el vino, bebimos nos tomamos fotos, reimos e hicimos payasada y media. La verdad fue lo mejor de la noche. Estabamos ya por llegar a la ultima parada cuando note que el bus estaba haciendo competencia con el otro bus. No podía creer que en los supuestos paises civilizados ocurriera lo mismo.

De todas formas me parece excelente que haya transporte público para los transnochadores, así no hay tantos muertos por culpa del alcohol.