Viviendo en Venus

Reinventándome

Mi papá siempre me dijo que en mi siempre pudo más la sangre Azteca, por eso que no saque sus ojos azules, pero como no, si crecí comiendo quesadillas, molito, posole, y todas las delicias que cocina mi mami. He sido mexicana de corazon y siempre he sentido un gran amor a ese país que me vio nacer, amor a su música, a su gente, a sus paisajes. Cada cumpleaños me cantaron las mañanitas, y puedo decir que las vacaciones mas lindas de mi niñez las pase en el departamento del D.F. con mi abuelita y mi mamita, o paseando por mi mexiquito. Encantada de ir al mercado que estaba cerca de la casa, donde vendía vestidos hechos a mano para mis muñecas, o ir a comer unos taquitos del cerdito.

Perdí mi acento mexicano hace mucho tiempo, y si me dicen que de donde vengo la respuesta automática es mi lindo Ecuador, pero siempre agrego que soy mitad mexicana. Me siento muy afortunda de haber crecido rodeada de dos culturas, de combinar la colada morada, con las calaveras del dia de los muertos, de cantar las posadas en las novenas y de tantos otros ritos que se mezclaron en mi día a día.
Así por ejemplo recuerdo perfectamente mi primera clase en la uni, con una temida profesora de la facultad de comunicación, estabamos tratanto el tema de los mayas y no pude contenerme de responder muchas de las preguntas. Siempre tuve una sana curiosidad hacia esta cultura, pero tampoco me era dificil saber ciertas cosas de las que habia escuchado hablar varias veces en mi casa. Este pequeño suceso no me ganó la simpatía de mis compañeros, que después de un tiempo me confesaron que me veía como toda una nerd.
De esta misma experiencia tengo un lindo recuerdo con mi querida amiga la saku, a la que cariñosamente la llamo a veces el otro lado de la Quetzalcoatl, es decir de la serpiente emplumada.

Muy orgullosa de mis origenes siempre afirme que era mexicana, y de alguna forma siempre me sentí un poco extranjera, pero hoy que lo soy completamente extraño las calles de quito, las montañas, las iglesias viejas, los recuerdos y los amigos, me doy cuenta que tengo alma quiteña, porque esa fue la ciudad que vio cambiar y convertirme en lo que soy hoy. Quedo tanto de mi en esa ciudad de valles y montañas que de alguna forma puedo afirmar que soy quiteña, y me da mucho orgullo.
Todo lo más querido esta en mi Quito lindo, y no puedo esperar a regresar.

6 aterrizajes:

ohh!!.. Que chevere saber que tienes ese orgullo de tus origenes y que quieres tanto a nuestra ciudad :D, yo he conocido muchos extrangeros que quieren a Ecuador más que los propios ecuatorianos, pero también extrangeros que no se para que viven aqui porque dicen que todo funciona mejor en sus paises... que cosas!
Mucha suerte en tus ultimos días de au pair y en tus super vacaciones!

Gracias Di, pues es un orgullo haber crecido en el lindo quito. Besos!

Oh pos somos dos con ese orgullo de sentirse quitenos aunque se nacio ahi! tambien quiero regresar!!! y pues suerte en tu super viaje, disfrutalo mucho!!!!

Tocaya tu eres de donde tu corazón te mande... Que orgullo el que no quieras desprenderte de tus raíces independientemente de donde seas...

chiquitaaaaa.. a los años que ntro a tu blog.. confieso que este me hizo llorar...
ya verás que pronto visitarás las calles, las iglesias, y antes de que nos demos cuenta estaremos dandonos un fuerte abrazo
tqm mi cyndi!

Ani querida gracias por pasarte, pues es cierto el tiempo pasa volando no puedo esperar a que nos veamos de nuevo!

Una ciudad sin Angel

Siempre miramos la muerte como algo instantáneo y total, que brota de golpe, como si no empezara y continuara hasta acabar, o como si miráramos en un cuadro, donde todo esta fijo, sin tiempo.
Jorge Enrique Adoum
The Art of Seeing
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Los Alienigenas

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