Viviendo en Venus

De mano de Isabel Allende he descubierto un poco de la historia de la conquista de Chile, la novela de título "Inés del Alma mía" es una especie de biografía de la española Inés Suarez que ayudo en la conquista de Chile. De vez en cuando, al terminar de leer un párrafo, comienzo a entender de mejor manera porque en el país hermano del sur la gente tiene tan poco rasgos indígenas, a diferencia de Ecuador, Perú y Bolivia, en Argentina y Chile la gente es mas bien blanca y de rasgos europeos. Puesto que los aborígenes de Chile eran orgullosos guerreros que no quisieron ser esclavizados por los españoles y en la conquista una gran cantidad murió combatiendo a los conquistadores. La conquista solo es llamada así porque tenían permiso del Rey, de otra forma sería simplemente robo a mano armada, y violacion de todos los derechos humanos.

Otras reflexiones que me trae el libro son un tanto más personales, por el hecho de que si bien soy mitad ecuatoriana, mitad mexicana no tengo rasgos ni de indígena ecuatoriana ni de indígena mexicana. Mi madre siempre ha dicho que sería un honor tener la sangre pura indígena porque los que vinieros a someternos en aquellos tiempos no eran más que cazadores de fortuna, borrachos, villanos de la peor calaña. Así que no se que de bueno sea que tenga apellido de origen español con escudo de armas. ¿Tendría que estar orgullosa?

Mas de una vez he pensado que los pioneros en habitantes globalizados somos los latinoamericanos, porque somos esa mezcla indefinible de razas y culturas. Dato interesante aquellos que tienen el cabello rizado es una cuestión genética que viene desde la raza negra. Así que yo que tengo la piel medio blanquita, medio bronceadita, los churos locos, los ojos cafés, se puede decir que soy bien mestiza. Aún más en nuestros países no solo las razas se mezclaron sino también los muchos ritos de los indios con las tradiciones de los mayas, aztecas, incas y demás pobladores del "nuevo continente". Porque los indígenas nunca dejaron de creer en sus dioses, ni dejaron de practicar sus costumbres simplemente las mimetizaron con los santos y ritos cristianos. De alguna forma terminaron fundiéndose generación tras generación, el pasado y el presente y ese resultado somos nosotros. No somos blancos, no somos indios, no somos negros. Y por eso muchos alegan que existe una confusión de identidad. O por lo menos eso se decía hace un tiempo en Ecuador.

Otra cosa que es innegable es ese resentimiento que pueden tener los que aún se dicen indígenas, que después de siglos de ser pisoteados apenas empiezan a ser considerados como iguales en nuestras sociedades. En el caso de Ecuador por ejemplo hasta hace 20 años era toda una hazaña que una persona de rasgos indígenas llegué a un cargo político alto. Y no digo una persona indígena porque en lo que puedo ver es muy improbable que alguien en los paises Andinos tenga la sangre solo indígena o solo española, por más blanco o indígena que se vea. Simplemente hubieron tantas violaciones y supongo que también amoríos entre indios y españoles que es simplemente una ilusión. Claro está que unos llevan más las costumbres de los pueblos ancestrales y de alguna forma también ese resentimiento.

Y la verdad es que cada vez que pienso que hay tantos ecuatorianos trabajando en pésimas condiciones en España, voluntariamente, no puedo creerlo. Es que lo que nos fueron a hacer hace 500 años ahora vamos a que nos los hagan... puede ser? Acaso no hemos aprendido de la historia?

No es que esté resentida con los europeos, ni que pretenda hacerles la guerra o discriminarlos por ser blancos ojiazules, pero de alguna forma me indigna lo que sucedió con una parte de nuestros antepasados. Mejor no hago más largo el post, porque me podría pasar horas hablando de todo el oro americano que se robaron, de la cultura que pisotearon y de las enfermedades con las que contaminaron. Mejor lo dejamos para otra ocasión.

Bueno y para terminarla unas felices fiestas de Quito, no se realmente que se celebra... la llegada de un puñado de españoles hediondos (y no es por ser despectiva sino porque en realidad a los europeos en general, en esos tiempos no les agradaba mucho bañarse, y después de lo que deben haber pasado esos hombres para llegar Quito pues ya se imaginaran como olían) a nuestros territorios, y luego con esa fea costumbre de los toros... me callo mejor.